¡LA VIDA ES UN CARNAVAL!
Pues sí, tal como dice la canción, es más bello vivir cantando. Y por ello celebramos en nuestro Centro la “FIESTA DE CARNAVAL”. Este año de una forma más especial ya que volvemos a estar juntos el Centro de día y la Residencia.
Comenzó la mañana con los preparativos, atrezzo, maquillaje, algunos nervios y… ¡a ello!
Primero el pasacalles: cada uno de los grupos, acompañado por música o incluso por alguna coplilla, desfilaron con sus disfraces. Después un rico desayuno y bebidas.
El “fantasma de la ópera” se coló en nuestra pradera con una música aterradora y disfraces bien perfilados con máscaras muy conseguidas.
De repente la pradera se convirtió en el ring donde “Rocky Balboa y su tropa” exhibía sus músculos y cinturón de campeón, sin quitarse sus guantes de boxeo hizo alarde de su fuerza y tenacidad.
Sonó después “la villa de la fantasía” en dónde los componentes del grupo ataviados con texturas y caretas de dulces animales hicieron alarde de su carácter con máscaras que sueñan con un bosque tranquilo dónde transcurra la vida a través de los sentidos.
Por un momento, nos trasladamos a Venecia, como si de una góndola surcando el canal se tratara apareció un grupo disfrazado con “bellas máscaras venecianas”, qué aunque de sonrisa tímida, esconden historias de superación personal.
“Había una vez un circo” … Un circo en el que todos caben, en el que todos bailan, león y domador, trapecista y elefante, una danza de empatía, de vínculo, de comunicación. Aquel circo en el que se hace magia, incluso el conejo sale de la chistera, dónde el ser diferente significa ser único.

¡GRACIAS A TODOS!
Gracias a todos los que hacéis posible que por un día soñemos, bailemos, disfrutemos.
Gracias, monitores, mediadores, cuidadores, personal de cocina, enfermeras, administración, los socios colaboradores que nos apoyan con sus donativos, los voluntarios, los que nos ayudan a difundir…
Todos somos necesarios en este Carnaval.




