Nos escribe Verónica:

Tras varias semanas de organización, por fin llegó el día 5 de marzo para disfrutar con nuestr@s chic@s de un día ¡rodeados de burritos!

En la actividad participaron 9 niñ@/chic@ y 16 monitores/as. Uno de los chicos se nos dio de baja ese mismo día por enfermedad.

Según fuimos llegando a Ames, estaba esperándonos el organizador de este precioso lugar, Tomás, una persona muy amable, cariñosa y cercana donde las haya. Decir que la nota discordante del día fue la lluvia, que a ratitos nos dejaba disfrutar del aire libre y otros nos obligaba a correr y refugiarnos para no empaparnos.

Así con todo, nada más llegar estuvimos con los burros, los tocamos, los acariciamos, peinamos, les preparamos sus camas…sí es cierto que para el número que éramos finalmente, el espacio se quedó algo justo, pero con la buena voluntad de Tomas (el propietario), fuimos adaptándonos en cada momento.

Como la lluvia parecía que cesaba, nos decidimos a dar un paseo con un burrito por el pueblo, una de nuestras campeonas subida directamente en él y el resto por turnos fuimos subiendo a un carro que tiraba el majete del burro.

Les gustó mogollón y disfrutamos del paseo, la lluvia iba y venía, e incluso los momentos de correr y apelotonarnos debajo de balcones, garajes…¡resultó súper divertido para todo@s!

Ya finalizada esta parte de la mañana, nos dirigimos a la casa donde pasaríamos el resto del día, los burros nos acompañaban sueltos por las fincas que tienen asignadas para ellos.

Mientras se ultimaba la comida, tuvimos un tiempo para asentarnos, cambiar calzado, ropa…y por fin la comida.

La casita preciosa y muy acogedora, quizás muy pequeña para todos los que fuimos en esta ocasión, pero lo dicho, todo se arregla. Comimos repartidos en dos comedores, una deliciosa sopa de verduras y pasta a la boloñesa que preparó Tomás. Para el postre nos hizo un flan y trufas de chocolate… ¡toda la comida casera!

Tras la comida algunos descansaron un poquito, pero la mayoría se fueron situando en el piso superior de la casa, en donde nos esperaba un espacio repleto de instrumentos musicales, algunos de ellos inventados por el propio Tomás que también se dedica a la música.

Comenzamos la tarde con un concierto de batería que tocaba el hijo del propietario, ¡l@s chic@ encantad@s!

Después hicimos cada uno con material de reciclaje, un tambor con un sonido espectacular. Tocamos todos los instrumentos y con Tomás al piano cantamos entre tod@s una canción compuesta por él.

Llegó la hora de preparar la merienda, así que tod@s cuchillo en mano y a picar fruta para hacer una súper macedonia…mientras preparábamos la misma empezaron a llegar las familias…y ¡qué contentos se pusieron tod@s!

Tomás sacó una bandeja repleta de filloas(crepes), roscas y café, chocolate…que nos pusimos las botas!

Por la tarde la lluvia ya no cesó y hacer alguna actividad al aire libre era impensable. Sobre las 18:30h nos fuimos despidiendo y cada uno se marchó con su familia, a excepción de 3 que volvieron con l@s voluntari@s.

Fue un día muy intenso, mucha gente, el tiempo no acompañó, niñ@s nuev@s, monitores nuev@s….. aún con toda la actividad fue un éxito, con ganas de repetir tod@s y lo más importante ¡¡las caras de felicidad que mantuvieron todo el día nuestros chicarrones y chicarronas!!