CURSO ESPECÍFICO EN SORDOCEGUERA PARA VOLUNTARIOS

La técnica de guía consiste en que ambas personas, vidente (la persona que guía) y sordociego, caminen agarrados.

¡Siempre la persona que ve camina por delante!

La persona sordociega se agarra a la persona vidente por encima de su codo, notando de este modo todos los movimientos que realiza el guía, e interpretándolos en relación con el entorno. Por ejemplo, si el cuerpo del guía sube, indica que hay escaleras de subida, si gira es que torcemos, etc. Si la persona a quien guiamos conoce las técnicas, actuaremos de la siguiente manera:

Posición del guía

La persona vidente toca en el brazo u hombro a la persona sordociega y mantiene el contacto hasta que ésta se agarra. En el caso de que posea algo de visión le puede hacer un gesto para que se agarre, situándose siempre dentro de su campo visual. Puede ofrecerle tanto el brazo derecho como el izquierdo, ya que si existe alguna preferencia por parte de la persona sordociega ella lo indicará.

La persona sordociega se le agarrará al brazo por encima del codo y mantendrá con él la distancia de su antebrazo, aproximadamente de un paso.

 

Fotografía: «La sordera, un análisis multidisciplinar», publicado por la ONCE

Velocidad de la marcha

El guía debe adaptarse en lo posible a la marcha de la persona sordociega, no obligándola a caminar a una velocidad superior o muy inferior pues su atención hacia los movimientos del guía disminuiría.

 

velocidad de la marcha

Fotografía: Centro Santa Ángela de la Cruz, APASCIDE

Realización de giros

No es necesario disminuir la velocidad, pero hay que cuidar que el brazo del guía no se separe mucho del cuerpo, para que no aumen­te el espacio que ocupan ambas personas y pueda por ello golpearse la persona sordociega en el lado del cuerpo por donde no se agarra.

 

Fotografía: «La sordera, un análisis multidisciplinar», publicado por la ONCE

 

Paso por puertas o lugares estrechos

El guía puede avisar a la persona sordociega dirigiendo el brazo que guía hacía el centro de su espalda.

Siempre debe el guía mantener la dirección de su cuerpo hacia delante, ya que si se gira para comprobar si se ha situado detrás de él, puede llevarle a confusión a la persona sordociega interpretándolo como cambio de dirección, o hacerle que se golpee por el otro lado.

 

Fotografía: «La sordera, un análisis multidisciplinar», publicado por la ONCE

Subida y bajada de escaleras

Al acercarse al escalón debe hacer una pequeña pausa. Si existe barandilla, debe colocar su mano por debajo de la mano libre de la persona sordociega y situarla en la barandilla; retira su mano y comienza a subir o bajar por las escaleras.

Al llegar al final del tramo, debe avanzar un paso para que la persona sordociega termine de subir o bajar la escalera y hacer otra pequeña pausa, que le dará a conocer a la persona sordociega que ya han llegado al final. En el caso de no existir barandilla, se le puede poner en contacto su mano con la pared.

 

Fotografía: «La sordera, un análisis multidisciplinar», publicado por la ONCE

Con quien no conoce la técnica

Con personas sordociegas que desconocen las técnicas para despla­zarse con un guía vidente porque no han hecho rehabilitación o que prefieren agarrarles de otro modo. La persona sordociega puede que quiera agarrarle por encima del hombro o apoyándose en el antebrazo y no mantiene la distancia de un paso al caminar, por ello el guía deberá permanecer más atento ante los desniveles del suelo y disminuir la velocidad de la marcha con antelación.

 

Fotografía: APASCIDE

Cuando el resto visual es suficiente

Acompañando a personas sordociegas cuyo resto visual es todavía suficiente como para que ellos sientan que no necesitan un guía, y en entornos conocidos con buenas condiciones de iluminación prefieren caminar solos.

En estas situaciones es conveniente mantenerse alerta inicialmente, para indicarle los posibles obstáculos o desniveles que vayan encontrándose.

Acompañando a niños

Acompañando en los desplazamientos a niños, a los que debe agarrar de la mano, ya que por su altura estos no pueden agarrarse al brazo del guía. Puede que algunos de estos niños estén algo nerviosos en los desplazamientos y por ello es preferible que el guía les agarre de la mano al tiempo que mantiene su antebrazo sujeto por debajo del suyo, con el fin de asegurarse que en alguna situación de riesgo no se les suelte.

Ponte a prueba

Demuestra que has asimilado el tema realizando este simple ejercicio de cinco preguntas (de diez posibles).  Cada vez que lo ejecutes las preguntas seleccionadas, su orden y el de las respuestas varían.

Tienes 100 segundos para concluirlo. ¡De sobra!

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Curso de voluntarios

Tema 9

Las técnicas de guía

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Categoría: Tema 9

En la posición de guía

 

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Categoría: Tema 9

Si el acompañado no necesita guía porque tiene resto visual suficiente

 

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Categoría: Tema 9

En la posición de guía

 

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Categoría: Tema 9

Si llevamos nuestro brazo de guía al centro de la espalda, ¿qué estamos indicando?

 

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Categoría: Tema 9

Si al guiar a una persona sordociega nos encontramos con una escalera que no tiene barandilla:

 

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