Una noticia que teníamos pendiente y no la habíamos compartido.
El sábado 17 de septiembre nos pusimos en ruta hacia Barreiros, decir que en esta ocasión la actividad para algunos de nosotros comienza desde el mismo momento que nos pusimos en ruta, ya que en esta ocasión 8 de nosotros fuimos en furgoneta hasta la Granja. Toda una experiencia con resultado muy positivo, para los chavales que ya fueron situándose desde el minuto cero, como para sus familias, puesto que conseguimos evitarles los largos desplazamientos, por lo menos esta vez.
El viaje fue largo para casi todos, pero una vez allí nos olvidamos del tiempo empleado en carretera. El recibimiento grandioso, amable, cariñoso…en fin todo lo que podamos contar de la atención por parte del personal de la granja será poco en comparación con ¡todo lo que recibimos!
Tras instalarnos en las habitaciones, nos reunimos para la bienvenida, presentaciones, explicaciones básicas del funcionamiento de la granja, etc. Aprovechando la ocasión para degustar un tentempié mañanero que todos acogimos fenomenal.
Y ya comenzamos las actividades, Empezamos por la zona húmeda del lugar, con estanque y miles de ranas que saltan por la hierba…fue un momento fantástico, ver a los chicos cogiendo en sus manos las ranas, sintiendo como se desplazaban, su textura, suavidad…que se les escapaban, sin duda un inicio de diez.
Recorrimos las cuadras de los cerdos, recogimos manzanas para darle al caballo, verduras para las aves en el corral (gallinas, ocas, kiricos). Todos tocamos la gallina, le dimos de comer y recogimos los huevos. ¡Cuanto le costó a la pequeñina del grupo!
Vimos y tocamos las ovejas, cogieron una y todos comprobamos cómo era por arriba, abajo, su lana, cabeza, sus características físicas, etc. Lo mismo con las diferentes razas de conejos que tienen.
Por la tarde realizamos un taller de huellas, cogimos al perro, a un conejo, un pato, una oveja y la amable mano de nuestro chicarrón del norte y los estampamos sobre yeso, que posteriormente, tras el secado, se pudieron llevar para sus casas.
No paramos en toda la tarde, realizamos un taller de sales aromáticas, con diferentes colores y aromas, llenamos nuestras bolsitas de sales…genial…la Viguesa distinguida que nos acompañaba hizo bolsitas de sales ¡para toda la familia!!
Llegó la hora del sueño, y creo que nosotros más nerviosos que ellos, no sabíamos cómo resultaría…pues decir, que, salvo el chiquito valiente de villa costera, que nervioso, emocionado, asustado quizás, le costó un buen rato dormirse, los demás cayeron en sus camas sin enterarnos.
El domingo amanecimos todos temprano y tras el desayuno (fruta fresca, yogurt recién hecho…) nos fuimos hasta la sala de los talleres, porque debíamos preparar la masa para cocer un bollo de pan cada uno. Así fue, conocimos diferentes tipos de grano de cereales, amasamos con harina, agua y levadura…y tras formar y hornear, un delicioso bollo de pan nos llevamos para nuestras casas. Pero no sólo el pan, cada uno se marchó cargado de su huella en yeso, el pan y las sales.
Mientras el pan cocía y esperábamos a la comida, nos llevaron de ruta por una finca contigua donde encontramos un árbol que se podía entrar y subir por él.
El fin de semana fue FANTÁSTICO, Y como una imagen vale más que mil palabras…adjunto fotos!!