En Granada nos despedimos por todo lo alto, quiero decir, desde la tirolina, la escalada y los puentes que nos ofrecía el Funpark, un mundo de diversiones y retos a superar para nuestros chicos y chicas.

Una mañana llena de satisfacción cada vez que dejábamos atrás el miedo para enfrentarnos a un puente más alto y más grande. No hay límites para las Personas con Sordoceguera.

Bebemos agua, nos alimentamos, cogemos aire y continuamos con una actividad ahora más relajada pero igual de divertida, ¡patinaje! Entre pizzas, agua fresquita, sombra y muchas ganas estuvimos patinando y riendo a partes iguales.

Otro medio de desplazamiento que descubrimos para seguir avanzando en nuestro camino.

Tras la intensa mañana, hacemos un descanso tumbados en el césped esperando con ganas la gran comida que preparaban en La Maraña.

Al terminar, nos despedimos de este gran año que hemos construido entre todas las personas que formamos Apascide Granada.

De las Personas Sordociegas aprendemos que las barreras son palabras invisibles a las que les puedes dar el significado que tú quieras, a no tener prejuicios, a vivir desde la emoción y a saber que el mundo es tan inmenso que no tiene sentido etiquetar.

Y de nuestras monitoras, nos llevamos la tranquilidad de que esta vida es para todas y para todos, que nadie sobra y que, GRACIAS a ellas, podemos romper todos los muros.